¡Amigos, hola!
Les vengo a contar que hace unos días casi me infarto. Resulta que había salido con mi compañera de piso a hacer unas compras, y nos ha dado por visitar un nuevo café que abrió hace una semana en nuestra localidad. Pasamos un rato muy agradable conversando y, cuando nos dimos cuenta de la hora, tuvimos que apresurarnos porque se nos estaba haciendo tarde para terminar todo lo que habíamos salido a hacer.
De vuelta en mi cuarto me doy cuenta de que me he dejado el móvil en algún lado, y con mi roommate usamos una aplicación para encontrar mi dispositivo de Google. ¡Resulta que lo había dejado en el café! Por fortuna llamé ahí y lo guardaron por mí hasta que lo fui a recoger.
¡Pongan cuidado en dónde dejan sus cosas!
Añadir nuevo comentario