¿Cómo les va, colegas?
Como es costumbre para él, mi hijo vino hace unas semanas de visita desde la universidad, y trajo consigo algo de ropa para lavarla aquí en casa. Admitiré algo que no me enorgullece como padre, y es que lo hemos protegido a tal nivel que no sabe en verdad cómo hacer la colada él mismo.
Pueden imaginar el desastre que armó, que la lavadora se averió. Como es bastante artificioso se las ingenió para contratar a un técnico de reparación de lavadoras en Getafe sin que nos diéramos cuenta. El técnico ha de haber sido muy bueno en su trabajo, porque no es hasta ahora que me enteré de lo ocurrido, y eso únicamente porque mi hijo me lo contó.
Definitivamente a los hijos hay que amarlos
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